Clementina: Tortuga de Agua Dulce

Clementina, la tortuga más famosa del mundo.
Clementina

Mi tortuga regalona es la Clementina, tiene 15 años. Le gusta ser acariciada en el cuello y sus garras. Cuando yo me encuclillo en el suelo, ella sale del agua y se ubica debajo mío y no hay nadie que la mueva de ahí.
Muchas veces la seco bien y la envuelvo en una toalla, para que? Tengo que confesarlo: me la llevo a dormir conmigo. Rápidamente se da cuenta que está con papá. Me observa y estoy seguro que me reconoce. Escarba un rato con sus garras y se queda dormida. Yo por supuesto aprovecho de hacerle su cariñito en el cuello y le rasco sus manitos.

Durante el verano no es raro encontrarla donde menos se piensa. Camina hasta mi habitación y mientras yo estoy sentado en la cama ella se estaciona junto a mis pies. Más tarde sigue su inspección de todos los rincones hasta que se cansa y se va. Por supuesto, lo que ella busca es comida. Es capaz de engullir un plato como de los nuestros, lleno de carne. Su columna vertebral es exterior, es decir la caparazón superior y adentro tienen un tremendo bolsón para la comida.
También tiene su carácter. Si tiene hambre "no se le puede hablar". Sale del agua indignada y recoge tierra con la boca y la transporta al agua. Traga pequeñas piedras, cosa que es bastante normal en los reptiles anfibios. Se comporta alocadamente dando unos carrerones de 5 metros hasta su agua. Incluso deja forro. Si está en la piscina nada en forma veloz y desordenada.


Gigotea elegante en Chile.
Dreyfuss


Otro simpático es Dreyfuss, el cascarrabias. Este es el típico macho que no está ni ahí. Reticente a recibir caricias, aunque ahora después de 5 años está empezando a aflojar. Recorre toda la comarca buscando comida. Finalmente llega a la cocina por si cae algo. Es insistente, camina y camina. No se cansa.
Si le rasco bajo la mandíbula entonces se enoja y abre una tremenda bocasa amenasadora. Su intención no es morder. Pero vaya uno a tener el dedo cuando está terminando de cerrar la 'boquita'. Te deja marcados los filos y el gancho de proa que tiene en la punta de la mandíbula inferior. Es capaz de quedar colgado por la boca.
Cuando le doy comida, no calcula muy bien y generalmente me aprieta la punta del dedo. En cambio la Clementina es una dama. Ella primero observa lo que se le va a dar, luego inclina la cabeza para tomar el trozo con total suavidad y espera que uno retire los dedos antes de cerrar ella su boca. Es una reina.

En verano Dreyfuss sale del agua y para estar a la sombra se esconde bajo una plantas. La Clementina sin embargo prefiere el agua. Curiosamente a Dreyfuss no le gusta nadar. Cuando lo pongo en la piscina se quiere salir a los pocos minutos. Para mi que es más flojo que la cresta. Se cree PlayBoy: comida, sol, playa y agua. Vacaciones eternas. Qué mejor?

No piensen que a estas tortugas les cuesta nadar. Es todo lo contrario, dominan a la perfección este arte. Bien llamadas deslizadora de oreja roja (Ear Red Slider) se deslizan por las rocas hasta caer al agua y luego utilizan sus 4 remos (aletas natatorias) que de paso son de control independiente. Cada aleta hace lo suyo. Su nado es tan eficiente que no deja estela. Si quiere dobla en 360 grados, acelera, toma curvas con elegancia y también puede meter marcha atrás. Una destreza difícil de superar.
Su control en el agua también se basa en una bolsa de aire de reserva que lleva consigo dentro del cuello. Regula su profundidad con total eficiencia. Suelta el aire explosivamente y se sumerge a gran velocidad, como también puede flotar sin mover sus aletas. Ojalá un submarino tuviera estas cualidades.

Chiste de Clementina
Clementina Desconcertada



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